El 19 de abril de 2015 conocí el Estadio Nacional de Tokio. O, bueno, lo poco que quedaba de él. Con una estación de metro en el propio estadio, en una zona deportiva al lado de pistas de tenis o estadio de béisbol, así como de los pisos peores conservados de Tokio y los únicos mendigos que vi durante mi estancia. Cubierto por un buen puñado de vallas y lonas, siempre había un agujero donde poder ver algo del recinto. Me llamó la atención que cualquier japonés que pasaba por allí se detenía, se acercaba, buscaba el mejor sitio para asomarse e, incluso, sacar una foto. Inaugurado en 1958 y con una capacidad para algo más de 57.000 espectadores, fue demolido a inicios de año, pocos meses antes. De hecho, aún quedaba una de las gradas laterales. En su lugar se construirá un nuevo Estadio Nacional con capacidad aproximada a los 80.000 espectadores. Los Juegos Olímpicos de 2020 tienen la culpa.
Al viajar a Japón tenía la duda de si seguiría en pie o no, ya que las noticias que leía era que se paralizaba el derribo por cuestiones políticas. Daba igual. Me valía con conocer la zona, saber dónde se ubicaba aquél estadio que conocí con ocho años. El Barça jugaba un partido, como campeón de Europa, y mi padre puso el vídeo para grabar un partido que se disputaba a las 2 ó 3 de la madrugada española. Me llamó la atención lo soleado que se veía el partido y unos sonidos de trompetas extrañas. El partido fue el FC Barcelona-Sao Paulo de la Copa Intercontinental disputada en 1992. Y es que, por este estadio, han pasado casi todos los jugadores campeones de Europa y América entre 1980 y 2004. Casi nada. El primer encuentro fue un Nacional de Montevideo-Nottingham Forest (1-0). El último, un Bayern de Münich-Boca Juniors, con idéntico resultado.
Así, el Estadio Nacional tokiota ha tenido el privilegio de ver pasar a Nacional, Nottingham Forest, Flamengo, Liverpool, Peñarol, Aston Villa, Grémio, Hamburgo, Independiente, Juventus, Argentinos Juniors, River Plate, Steaua de Bucarrest, Porto, Peñarol, PSV Eindhoven, Milan, Atlético Nacional, Olimpia de Asunción, Estrella Roja, Colo-Colo, Sâo Paulo, Barcelona, Vélez Sársfield, Ajax, Borussia Dortmund, Cruzeiro, Real Madrid, Vasco da Gama, Manchester United, Palmeiras y Bayern de Münich.
Si el nombre de los equipos impone, más lo hace al conocer los entrenadores y jugadores que desfilaron por los banquillos y césped japonés, respectivamente. Ya decía antes que estaban casi todos los campeones de Europa y América. Casi todos, porque algunos campeones dejaron su equipo, u otros jugadores lo hacían con la condición de nuevo fichaje.
Es por eso que el Estadio Nacional de Tokio tenía un aroma especial. Aunque estuviera llenos de escombros valía la pena. Saber que por esas inmediaciones del estadio, en las que yo estuve, habían pasado tantísimos campeones del mundo.
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