Hace algo más de dos años, escribí una entrada con referencia a la Bélgica que se avecinaba. Después de varios eventos fuera, la veía
capacitada para dirigirse a Brasil. Una vez con el billete, la lluvia de
elogios era fácil.
Como por aquél entonces, llevo tiempo pensando en un nuevo 'caso Bélgica'. Se trata de la selección de Marruecos. El fútbol de nuestros vecinos del sur me dan para dos entradas. Hoy ésta. En el futuro una entrada similar a la 'Yugoslavia de 2012'.
Desde Francia'98 no hemos visto a los marroquís en una Copa del Mundo.
Y no será por falta de calidad. Si, por casualidad, jugase el Mundial
de Rusia'2018, habrían pasado 20 años sin ver a una potente selección.
Cuando sonó el nombre del
italiano Trapattoni para dirigir a la selección pensé "sí, Marruecos
irá al Mundial". Sin embargo, ahora tengo mis dudas. Se nombró a Ezaki
Badou, ex portero del Mallorca a finales de los 80, quien ya estuviera
al mando entre 2002 y 2005. Las selecciones africanas,
por lo general, suelen tener dos problemas básicos. El primero es la
organización. Casos como el de Camerún, que a última hora se negó a
viajar a Brasil si no concretaban las primas, hacen difícil presagiar lo
que puede dar de sí un conjunto nacional africano.
El segundo es el cupo de selecciones que van a la cita mundial. La
FIFA sólo otorga cinco plazas para las africanas, por las 4+1 para
Asia, donde el nivel es bastante más flojo que el africano, las 4+1 de
Sudamérica para 9 participantes o las 3+1 de
la CONCACAF, con un número limitado de selecciones de cierto nivel.
Marruecos podría hacer bien las cosas pero
toparse con un hueso duro de roer, ya sea en la fase de grupos o en las
eliminatorias. Tiene mimbres para ello. Iba a ser el anfitrión de la
Copa África 2015. El miedo al contagio de Ébola hizo que renunciara hace
unas escasas semanas. Y, como resultado, Marruecos no participará. Con ello, no podremos empezar a hacernos una idea del tipo de selección que es.
En la portería, como en muchas selecciones africanas de la historia, no encontramos un portero destacable.
El futuro es para Yassine Bounou "Bono". Nacido en Canadá en 1991, milita en el Real Zaragoza aunque pertenece al Atlético de Madrid.
En la defensa destaca el central Mehdi Benatia (1987) que llegó éste verano al Bayern, procedente de la Roma, por una suma importante de dinero. De la Ligue1 están
Yassine Jebbour (1992) del Nancy, y Abdelhamid El Kaoutari (1990) del Montpellier. Los jovenes del Palermo,
Achraf Lazaar (1992) y Zouhair Feddal (1989), un central alto y zurdo criado en España.
Issam El Adoua, del Levante, y Zakarya Bergdich, del Valladolid, representan a nuestra Liga.
En el centro del campo encontramos jugadores de buen nivel en Europa.
Mbark Boussoufa (1984) del Lokomotiv de Moscú, Omar El Kaddouri
(1990) del Nápoles, Mounir Obbadi del Mónaco, Younès Belhanda del Dynamo de Kiev y Adrien Regattin
(1991) y Adil Hermach del Toulouse o las joyas de la corona marroquí, como son
Adel Taarabt del QPR y Abdelaziz Barrada del Olympique de Marsella.
En ataque, un venido a menos Marouane Chamakh del Crystal Palace,
Mounir El Hamdaoui de la Fiorentina, Youssef El-Arabi del Granada y una de las sensaciones de la Liga Española,
Nordin Amrabat.
Podemos disfrutar de una buena selección, si el entrenador
sabe equilibrar la contundencia defensiva con la calidad que asesoran
los centrocampistas ofensivos. Quizás le vendría bien un 9 de más
renombre. Por eso, es una pena que jugadores
como el azulgrana Munir renuncien a la selección de su sangre. La segunda entrada que me da ésta nación es, ¿qué nivel tendría Marruecos si reuniera a todos los marroquís de Europa?
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